Sunday, July 08, 2012

Tela de araña

Una tela de araña cubre las pantallas y nos atrapa. Al fin, cine de entretenimiento para disfrutar. Llega el nuevo Spiderman. Tras los tres éxitos de Tobey Macguire parecía imposible buscarle otra voltereta al hombre araña, pero si alguien es capaz de dar varios giros en el vacío sin vértigo es el héroe de la Marvel al que le picó la araña radiactiva. Dicen que el actor Andrew Garfield luce bien en el papel. La apuesta es tan elevada como sus piruetas entre rascacielos. Hay versión en tres dimensiones (la pedía a saltos) para los que la vista les aguante. El director elegido, Marc Webb, triunfó con una película de tono distinto, 500 días juntos, muy lejos de las tramas de acción. Nada que ver con Sam Raimi y sus tres entregas. Y los guionistas de talento vienen de dos palos también muy diferentes. James Vanderbilt es el guionista de ese ambiente tremendo de la atractiva Zodiac y Steve Kloves es el guionista de Harry Potter. Esa mezcla ya está en los cines. Y se han ido a contar la precuela: los años adolescentes en el instituto del hombre araña. La relación con la chica. El descubrimiento de sus habilidades. Sus padres. Un reto. En la India, donde se estrenó primero, ya arrasó. A ver este fin de semana, en España. .César Casal

The Promised Land Bruce Springsteen & The E Street Band Live Hyde Park 2009



Fui  de vacaciones y cuando volví tú ya no estabas.

Un año sin ti.

Prefiero ir un poco más allá de lo obvio. De decir que hace un año que nos faltas y sigue doliendo como el primer día. De insistir en lo repentino, en lo injusto de tu ausencia. De decirte que tus padres extrañan hasta el momento en que cada mañana luchabas por encender el calentador antes de meterte en la ducha. Ese sonido metálico, esa imagen madrugadora y, sólo aparentemente, insignificante. Prefiero honrarte a tu manera. Con una sonrisa. La que se tragó mis lágrimas cuando fui a recoger tu coche (porque tú ya no podrías hacerlo nunca) y, al girar la llave, rugió el Promised Land de Bruce Springsteen. Prefiero celebrar que así, con esas ganas, viviste hasta el último momento. Prefiero creer que es verdad, que nos esperas en esa Tierra Prometida con tu traje de faralaes, tus regalos para todos, tu apuntarte a un bombardeo. Prefiero gastar las últimas líneas gritándole al mundo que eras un ser humano maravilloso incapaz de enfadarse con nadie. Una impuntual crónica, una dormilona incorregible, una melómana incansable, una chica sana, risueña, generosa y divertida. Y aunque me esté mintiendo a mí mismo, prefiero creer que lo entiendo. Eduardo Herrero Lapido.