Por mucho que digan los navarros de sus fueros, de sus costumbres y de sus raices si no fuese por el suicida alcohólico Ernesto los encierros pamplonicas no los conocían fuera de este pais y ni mucho menos serían televisados.
Si el creador de "For Whom the Bell Tolls" hubiese recalado en Sabucedo o en Verín todos los gringos querrían domar caballos salvajes o vestir de Peliqueiro. Ayer murió un joven español de 27 años, cuando murió un yanki se justificó sólo con su procedencia (Y los padres cuando vinieron a por el cadaver de su vástago compraron la cabeza del morlaco que lo empitonó).
Ahora quien murió era un experto y asiduo corredor de los San Fermines, su padre hizo lo mismo. Ahora ya no hay excusas diciendo que era guiri y bisoño en esto de los encierros. Entiendo el dolor y el pesar de su familia y amigos, pero lo que no comprendo es que la cobertura informativa es la misma que la que se da a un atentado etarra o al menos eso me lo pareció a mi: minuto de silencio, concentración silenciosa, etc. Y lo que más bizarro me pareció fue el abucheo que se llevó Capuccino al entrar en la plaza. ¿Qué esperaban? ¡Coño, que es un toro! No es un derbi de la segunda división española. Un toro cornea porque es un toro. Y nadie obliga a correr delante de ellos. Eso sí, no veremos al Juli o a los Rivera enfrentarse a un morlaco como ese....
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