Tuesday, February 02, 2010

Y recordad niños, decid no

"Sherlock Holmes extrajo un frasco de un anaquel y la jeringa hipodérmica de su estuche. Con sus dedos largos, blancos y nerviosos, ajustó la delicada aguja y se enrolló la manga izquierda de su camisa. Durante un momento sus ojos se apoyaron pensativamente en su brazo nervudo, lleno de manchas y con innumerables cicatrices, causadas por las frecuentes inyecciones. Finalmente se introdujo la aguja delgada, presionó el pequeño pistón, se la sacó, y se dejó caer en un sillón forrado de terciopelo, con un profundo suspiro de satisfacción.
Tres veces al día, durante muchos meses, había sido yo testigo de este espectáculo, pero, a pesar de ello, no me resignaba a seguir viéndolo. Por el contrario, día con día me sentía más irritado a su vista. (...) aquella tarde, sea a causa del vino que había tomado en el almuerzo, o a la exasperación que me produjo su actitud exageradamente deliberada, sentí que no podía resistir más tiempo.
-¿Qué es ahora? -pregunté-. ¿Morfina o cocaína?

Levantó los ojos lánguidamente del viejo volumen recubierto de negro que había abierto.
-Es cocaína -me dijo-, una solución al 7 por ciento. ¿Quiere usted probarla?
-No, gracias -contesté por brusquedad-. (...)
-Quizá tenga razón, Watson -dijo-. Supongo que la cocaína es perjudicial. Sin embargo, la he encontrado tan estimulante y benéfica para la mente, que su acción secundaria carece de importancia para mí.

-¡Pero, considere usted las consecuencias! -dije con pesar-. ¡Calcule lo que va a costarle a la larga! Su cerebro puede ser despertado y excitado como usted dice, pero mediante un proceso patológico y morboso, que entraña un creciente cambio de los tejidos y puede producir una debilidad mental permanente. (...)
-Mi mente -dijo- se rebela a estar ociosa. Déme problemas, déme trabajo, déme el más complicado de los criptogramas, o el análisis más intrincado, y me sentiré en mi atmósfera natural. Entonces puedo pasármela sin estimulantes artificiales. Pero aborrezco la rutina monótona de la existencia. Tengo hambre de exaltación mental. Por eso he escogido esta profesión particular... o más bien, la he creado... porque soy el único en el mundo que la practica."

"El signo de los cuatro", Sir Arthur Conan Doyle

1 comment:

Maid Marian said...

Menos mal que casi ningún chaval de la ESO ha leído los relatos de Sherlock Holmes.
Porque sólo faltaba que lo alegaran como ejemplo, cuando se les advierte sobre las drogas xD