El Boss cumplió el domingo en el Monte do Gozo. De largo. El público, también. Sobradamente. Los que no cumplieron, apuntan las crónicas, fueron la organización y un recinto caduco, que probablemente no sea ese gran escenario al aire libre que se merece Galicia en el año 2009. Resulta curioso que el césped del Camp Nou -el tapiz sobre el que juega el reciente campeón de Liga, Copa y Champions- acoja grandes conciertos (como el arranque de la gira mundial de U2 No Line on the Horizon ) y, en cambio, los estadios municipales de Riazor y Balaídos (sí, han leído bien: municipales) no se utilicen para estos fines. ¿Será que la hierba de A Coruña y Vigo necesita más mimos que la de Barcelona?
Luis Pousa
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