U n desastre como el del concierto de Bruce tiene que tener responsables. No se puede dejar correr. Es muy grave. No me llega con que la Xunta diga que la culpa es de una empresa. El concierto era en Galicia y falló todo menos el cantante. La Xunta tiene un montón de responsabilidades. Desde el recinto, que necesita obras importantes, si en el Año Santo se va a utilizar para conciertos así, hasta Protección Civil. El daño que le ha hecho la organización a Galicia con semejante despropósito es enorme. No hubo una tragedia, supongo que por ser ciudad de milagros. Hubo hasta tentativas de avalanchas. No había medidas de seguridad. No se revisaron mochilas. Se podían pasar igual puñales que bombas. Tampoco había medidas higiénicas. El olor a orín era tremendo. No había iluminación. Hubo gente que no pudo ver nada. Gente que se quedó fuera con su entrada. Una zona de barrizal. Pendientes imposibles. Personas que mostraban burdas entradas falsificadas. ¿Por qué abrieron las puertas con tan poco margen? ¿En ese tiempo pueden entrar 40.000 personas sin agobio? ¿Alguien calculó algo? No había señalización adecuada. Los minusválidos lo pasaron fatal. Un testigo dice que el roto para el Xacobeo será bestial: «Parecía un concierto en el tercer mundo». Lo único bueno, la gente, que se comportó en las peores circunstancias, y la estrella de Bruce que ardió en el cielo de Compostela como una medalla de hielo. Y, obvio, el trueno animal de su voz nacida para estallar.
César Casal.
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