El Ejército no es una oenegé. Tienen armas para algo, no piruletas. Parece que el Gobierno de España es el único de Europa que no lo entiende. Italia protege a sus marineros de los piratas. Francia ha colocado a militares en sus barcos pesqueros. Mientras la ministra de Defensa va al Congreso y dice que nuestros soldados no pueden hacer eso. Que ellos están para otras cosas. ¿Pueden estar en Afganistán luchando contra los talibanes para quedar bien con Obama, pero no pueden defender un sector productivo español? Es increíble. Chacón fue más atrevida. Invitó a los armadores a que contratasen seguridad privada. Estupendo. Los soldados profesionales que defienden nuestra bandera no pueden ir en barcos con pabellón español, y el Gobierno propone como solución que los que vayan armados hasta los dientes sean unos porteros de discoteca reciclados. No entiendo nada. Los piratas han dejado de atacar a los barcos franceses, porque saben que, si se acercan, les disparan. Los pesqueros españoles no les asustan. Ya no les asustan ni las fragatas españolas. Saben que esas llegan tarde, como con el Playa de Bakio , para hacer nada. O mejor dicho llegan a tiempo, con el talón listo para pagar y para darles las gracias a los piratas por haber cuidado de nuestros marineros. A este paso, el atún español que se pesca en el Índico va a ser el más caro del mundo. Somos un país acomplejado, capaz de enviar al rescate a la cabra de la Legión antes que disparar un solo tiro.
César Casal
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