Cinco nombres, pero un solo ganador. A los finalistas nunca los recuerda nadie. Torres, Xavi, Kaká, Messi y Cristiano Ronaldo eran los elegidos para la gloria FIFA 2008. Y el ganador fue Cristiano. Por cierto, tres de ellos hablan castellano y dos portugués. El fútbol que vale la pena es creativo, latino. Votaron entrenadores y capitanes de las selecciones. Les ha vuelto a cegar el glamur de CR7. Cristiano jugó como un tigre, pero lleva meses con un rendimiento más bajo. Estuvo lesionado, pero, desde el verano, no resiste la comparación con Messi. Messi es un obrero, además de un talento espectacular. Alto voltaje, una pulga eléctrica. Es como si Armani rindiese con un mono azul de operario. Messi juega todo el partido, todos los minutos, porque, como Picasso, si existe la inspiración que le pille corriendo. Cristiano Ronaldo abandonó algo las bicicletas, pero, muchas veces, peca de tribunero. Y lo que es peor habla más de lo que juega. Y por ahí empiezan siempre los males de las estrellas, cuando ya dicen tonterías como que él tenía que ganar el primer, el segundo y el tercer premio. Tanto llamarle dios que el de Madeira pasó de Madeira de Héroe a Madeira de Pinocho. CR7 empieza a parecerse mucho a la típica porcelana cara que, en realidad, es falsa. El fútbol es un anuncio de televisión, y Cristiano le ganó a Messi por guapo. No hay otra explicación. Hay que vender camisetas.
César Casal
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