¡ Qué grande es el cine ! es la cara y la cruz de los programas de cine: por un lado, su mayor acierto es la difusión de grandes películas, clásicos de la historia del cine que no se suelen encontrar en los videoclubs ni para alquilar, lo cual es muy de agradecer.
Pero por otra parte tanto Garci como sus críticos son lo peor:las introducciones de Garci son larguísimas ( con que hable uno me conformo, no hace falta que todos quieran su minuto de gloria ) y los coloquios de después son soporíferos, porque todos son muy serios y muy mayores; ¡ aire joven, por favor !
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