En la actualidad nos encontramos con un panorama televisivo de lo más patético. Las televisiones, en su batalla por ganar audiencia, que al fin y al cabo es lo que les dará excusa para aumentar de precio los espacios publicitarios, recurren a explotar y realzar las facetas más bajas y rastreras del ser humano. Por un lado el "ello" que definía Sigmund Freud, en donde se alberga lo más destructivo de las personas y por otro lado, la parte sentimental del "yo" y el "superyo". Con esta política es normal que abunden personas con tendencia a la depresión, al maltrato, o la violencia.
Entre esta marea de basura ó de 'chapapote' (palabra muy de moda en cualquier ámbito, desgraciadamente), hay algunos programas que se pueden salvar y que, casualmente, se encuentran concentrados en su mayoría en La 2. Entre ello, destaca el programa "Qué grande es el cine" conducido sabiamente por José Luis Garci. Ayer, leí que ofrecían la película "Con faldas y a lo loco". Me dio mucha alegría y me preparé como si de una película de estreno se tratase y es que las parejas cómicas de Jack Lemmon con Tony Curtis y con Walter Mathaw son de las mejores que ha dado el cine de comedia contemporáneo. Estos actores participaban en películas donde primaba la interpretación artística sobre los efectos especiales, la creatividad de la comedia sobre la risa fácil y barata. Claro está, que la realización y el guión de estas películas es mucho más difícil y elaborado que ciertas comedias actuales en las que prima lo circense sobre lo artístico.
Además, la introducción de Garci la considero acertada ya que aporta cultura cinematográfica. El único inconveniente es la hora. La cultura sigue siendo relegada a horas intempestivas ya que en la sociedad actual no produce dinero, que lo que prima desgracidamente.
Muchas gracias por el tiempo empleado en leer mi opinión.
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