Soy aficionado a los videojuegos desde hace años, aunque algo atípico. Verán, supero la treintena, estoy casado y cuido mi higiene personal. No soy adicto a los estimulantes (ya saben: "café en vena", "pastillas por un tubo"), aunque he de reconocer que en ocasiones "vagabundeo" por Internet durante horas. Es que tengo inquietudes que no se resuelven en 5 minutos: astrofísica, historía, paleontología...
Quizá debería abandonarlas, aunque ya me advierten en el artículo de que no es una afición tan perjudicial como los videojuegos. Pero no es mi intención criticar tan imparcial estudio, en realidad yo quería pedirles otro reportaje acerca de esos adictos,ese grupo de personas tan identificados con su afición que visten camisetas de colores imitando a sus ídolos y cuyo humor depende del resultado logrado por ellos en las competiciones. Gende adicta al alcohol , que ingiere en grandes cantidades durante los encuentros y al acabar se baña en fuentes públicas, vomita y orina en los portales. Su adicción llega a tal extremo que forman grupos violentos, apalean a los seguidores del grupo rival e incluso han llegado a quemar estadios. Me gustaría un artículo así, sin alarmismos, estereotipos ni generalizaciones.
Adrián Cernadas Méndez. Carballo (A Coruña)
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